lunes, 31 de mayo de 2010

Éticayvalores

Título: ÉTICA Y VALORES


PARTE I

La enseñanza de la Ética y de los valores, para quienes se inician en la docencia de la Filosofía nos aventura a un sin fin de posibilidades académicas, una de ellas es la investigación sobre algún tema que no se tiene fresco, el que desconoces, o bien, la particularidad de los referentes del estudiante, “único por cierto”, quien formará en un futuro no muy lejano parte de nuestra sociedad como ciudadano.
Según Gustavo Escobar: “la importancia de los valores en la ética y, en general, en la vida humana, es decisiva. Los valores en cuanto directrices para la conducta, son los que dan a la vida humana, tanto individual, como social, su sentido y finalidad”1

Tema delicado pero retador, para aquellos que hemos seguido el estudio de la Filosofía y hemos decidido compartir y construir junto con ellos en la práctica docente aquellas competencias que siempre esperamos les sean útiles en la vida práctica. Fijar la mirada en la triada (conocimientos, habilidades y actitudes) es algo que nos remueve el coco, y, dirige el camino por el cual andamos y caemos sin dejar de levantarnos; lo cual me recuerda que hay un abismo entre ser Lic. en Filosofía y docente en la materia de Filosofía.

Construir un lazo entre ambos polos es también una posibilidad de elección, que hace posible transmitir y construir con el estudiante, aquellos conocimientos que nos permitan observar desde su perspectiva y circunstancia histórica; así como de su etapa biopsicosocial, la construcción las habilidades y las actitudes frente a nuevos horizontes. La travesía empieza al mirarte en el espejo y reconocerte como parte de la vida misma del estudiante, con el compromiso y responsabilidad de educar en tres ámbitos de formación: crítica, científica y humanística.

Es de gran importancia para el tema que nos ocupa no dejar de lado la particularidad de la propuesta educativa en lo que se refiere a la formación crítica:

La actitud crítica corresponde en la disposición autentica de búsqueda de la verdad… cabe advertir que la verdad no es lo contrario al error o a la ignorancia (cuyo combate compete a la ciencia), sino lo contrario a la mentira, al engaño. Esto es, la verdad implica no solamente un enunciado que corresponde con la realidad, sino también la voluntad de hacer corresponder el enunciado con dicha realidad; voluntad que enfrenta no solamente un reto intelectual, sino sobre todo un reto moral.2

Si sentimos un apego a lo anterior significa que lo podemos asumir como propio, lo cual nos posibilita examinar constantemente los eventos que nos permiten volver la cara, es decir, verificar los accidentes que nos constituyen como parte de nuestra especie, y, la particularidad que jugamos ser dentro de cada ámbito que nos corresponde, en el potencial de proyección que nos encierra. Así, tratamos de comprender el sentido que tiene la práctica de nuestra labor, como un eco que va y viene, se nos devuelve perneado por aquellos quienes nos aportan el sentido mismo, los estudiantes.

Indiscutiblemente el ser humano es un ser poiético, creativo y autocreativo, está en constantes cambios. Según José Ramón Fabelo: “Pensar que el ser humano es sólo una extensión de la naturaleza es ignorar la distancia cualitativa que media entre uno y otra” 3

Qué sería el ser humano sin su experiencia, cuáles serian nuestros referentes para darle sentido a nuestra existencia, qué sería sin una revisión constante de sí misma. Qué haríamos sin sostenerle la mirada a ese sin fin de posibilidades aprehendidas constantemente y mutuamente con nuestros semejantes, sangre nueva que nos da la posibilidad de reconocernos.

Verdad encarada al vivir, caminar y compartir juntos, en el aquí y el ahora, identificar cada paso que nos enseña un estar de convivencia, sano, mutuo; en la sociedad que nos particulariza y define constantemente a partir de sus usos, costumbres y los valores que conlleva pegada al sentido mismo de nuestra existencia.

Según José Bonifacio Barba: “A partir de su experiencia personal y social, a partir de la conciencia de su dignidad y de sus aspiraciones de justicia, los seres humanos crean los valores que se han objetivado y positivizado en el conjunto de los derechos humanos” 4

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